Porque lo que necesitamos a menudo es ver la imagen completa.
Con cada detalle. Con todos y cada uno de sus perfectos e imperfectos detalles.
Sentir los trazos. Para poder decidir. Para poder actuar. Para unir y encajar
todas las piezas. Y darle su sentido.
Con detalle.
Comprenderás que en cada una de las líneas existe un lápiz
queriendo encontrar su camino. Desesperando nuevamente. Con las manos. Con la
yema de los dedos. Con los sentidos. Con la voluntad. Con el interior.
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