Tal vez…
Tal vez sea yo, que
paso mucho tiempo obsesionada entre palabras, escribiéndolas sobre mi libreta
ya destrozada o tecleándolas en el portátil. Quizás sea que ya no diferencio mi
mundo real de lo que imagino, porque últimamente van los dos de la mano. Al
igual que la rutina de los relatos o lo que me resulta más mágico de lo
corriente.
El caso es que, entre tantas letras, comas, títulos, cuentos, cartas, puntos suspensivos y puntos a parte, hay muchas clases de personas. Aquellas que solo pueden ser acción, causa, solución o resultado. Las que pasan tan desapercibidas que no permanecen en ningún párrafo. Aquellas que te enseñan, aunque sus enseñanzas sean dolorosas. Aquellas personas que son el verbo de la frase de tu vida, el sujeto o sencillamente todos los adverbios de la enciclopedia.