Me gustas cuando dices tonterías, cuando sales a por
chocolate cuando estoy con antojo, cuando te enfadas cuando llegamos tarde al
cine, cuando metes la pata y cuando cuelgas los cuadros torcidos. Me gustas
cuando llegas a casa y no puedo dejar de abrazarte, cuando preparas dorada al
horno, cuando simplemente te ríes. Me gustas cuando me escribes un mensaje en
ese preciso momento en que lo necesito, cuando das vueltas con los dedos a la
nueva alianza que nos une.
Me encantas cuando saludas a gente desconocida desde
el coche, y mucho más aún cuando me coges de la mano y la pones en tu cintura
cuando vamos en moto. Me gustas cuando dices “no pasa nada”, me gustas cuando
lo dices todo sin decir nada, me gustan nuestros viajes y cuando vemos un álbum
sentados en el sofá. Me gustan tus besos antes de irte a trabajar, y todos nuestros paseos por la playa.
Me gustas cuando me perdonas un olvido.
Me gustas cuando me cuentas qué tal el día desde la ducha. Me encanta cuando me
tranquilizas y me cuidas. Cuando me recuerdas que las parejas más felices no
tienen el mismo carácter, sino que tienen la mejor comprensión de sus
diferencias, que ser valiente no sale caro, porque ser cobarde no vale la pena.
Me gustas porque contigo no temo ser lo que soy.
Por ese sentimiento de poder
que no descuidamos...